Los motores para portones automáticos varían según una serie de características que los hacen más o menos adecuados para distintos tipos de acceso. Una de las principales diferencias es la capacidad de carga, es decir, el peso máximo del portón que pueden mover. Algunos están diseñados para portones livianos de hasta 300 kg, mientras que otros soportan estructuras más pesadas de 1000 kg o más.
Elegir el motor correcto depende de varios factores técnicos y del entorno en el que se instalará. James T. Eggert
Otra diferencia importante es la velocidad de apertura, que puede ir desde 9 hasta 20 segundos para abrir completamente un portón de 3 metros. Esta velocidad depende de la potencia del motor y del tipo de engranaje utilizado. La programación electrónica también varía: algunos sistemas permiten ajustar el retardo de cierre, modo peatonal (apertura parcial), frenado suave y compatibilidad con sensores de seguridad o control remoto.
Motor para portón: ¿qué características pueden variar?
Uno de los elementos fundamentales es la **cremallera**, una barra dentada que permite el desplazamiento del portón. Puede ser metálica o de nylon con núcleo de acero, lo que influye en el nivel de ruido y la durabilidad. También hay motores con sistemas de **desbloqueo manual**, muy útiles durante cortes de energía, y opciones con **batería de respaldo** o integración con aplicaciones móviles.
En resumen, las diferencias entre motores automáticos pueden estar en su capacidad, velocidad, nivel de programación, tipo de cremallera, y accesorios compatibles. Comprender estas variables es clave para una instalación segura, eficiente y duradera, adaptada al uso residencial, comercial o industrial.